Decidido a cerrar definitivamente el caso, comencé a buscar quién pudiera explicar cabalmente como se originaba la columna luminosa por encima del objeto, presente tanto en las fotos de Argentina, Chile y Australia.
Mi primer paso fue contactarme con la revista especializada Balloon Life y luego de contarle sobre mi investigación a su editor Tom Hamilton, éste me contactó a su vez con un amigo suyo que, segun su parecer, era la persona mas idónea para responder mis inquietudes. Su nombre: James Winker.
En esa época yo apenas comenzaba a interiorizarme en la historia del balonismo científico, y ese nombre practicamente me resultó desconocido. Ahora mientras escribo esto -5 años mas tarde- comprendo cabalmente que Hamilton no se había equivocado un ápice y que mi interlocutor realmente era un referente fundamental de esta actividad (ver recuadro al pie).
Siguiendo el consejo del editor, le escribí a Winker interiorizándolo del objeto de mi investigación e incluyendo en mi mensaje las fotos del suceso y la entonces recien descubierta imagen de Tamworth.
Luego de unos días, muy amablemente me contestó que si bien él no había participado del programa MIR, debido a su experiencia en el medio los conocía muy bien. Acto seguido me explicó que cuando el MIR se encuentra en la estratósfera y plenamente expandido, la superficie aluminizada de la mitad superior del globo, funciona como un gigantesco espejo. Esto hace que dicha mitad refleje su entorno provocando que adquiera el aspecto del cielo circundante, mimetizándose.
Literalmente, es como si la parte aluminizada del MIR "absorbiera" el color del firmamento a su alrededor. Si esto ocurre un día despejado, la ausencia de nubes se traduce en falta de un elemento de contraste, provocando que aún en condiciones ideales de observación desde tierra, el borde exterior del cuerpo del balón desaparezca y la incidencia de los rayos del sol sobre él creen esa columna luminosa que parece ubicarse encima del globo pero que en realidad está situada en el cuerpo mismo del aeróstato.
Para ilustrar esto, un buen amigo de este sitio llamado Marcelo Salvia elaboró una animación que muestra la diferencia entre el efecto que produce la presencia de nubes en el entorno, y la aparición de la columna luminosa que parece recortada "sobre" el objeto en días despejados. Creo que la didáctica imagen termina de redondear perfectamente la explicación de Winker.
En Noviembre de 2000 se produjeron dos lanzamientos de globos MIR desde el Instituto de Pesquisas Meteorológicas, en Baurú, Brasil, como paso previo a la campaña SWS 2001 que incluiría otros tres lanzamientos desde el mismo sitio, en febrero del 2001.
Una vez lanzados y debido al regimen de vientos estratosféricos imperantes en esa época del año, los balones iniciaron un periplo hacia el oeste atravesando el continente e ingresando al Pacífico a la altura de la frontera norte de Chile. Si bien el primero de ellos -lanzado el 17 de noviembre- cruzó la zona sin que aparentemente fuera advertido, no ocurriría lo mismo con el que lo siguió 48 horas despues. El paso de ese segundo MIR fue observado en Iquique el día 22 y posteriormente filmado -creyéndolo un verdadero OVNI- por la tripulación de un barco en alta mar frente a la costa Chilena. No entraré en los detalles del caso que analizo en otra sección, simplemente les pediré que observen las dos imagenes de la izquierda, que fueran extraidas del susodicho video.
En el fotograma superior tenemos una toma lejana del objeto, donde apreciamos que el día estaba nublado. En la imagen inferior tenemos un acercamiento en donde claramente se aprecia por debajo del punto de reflexion de los rayos solares en la superficie del balón, el resto del cuerpo del globo. El efecto mimético a que me refiería unos párrafos más arriba no se produce completamente ya que al haber nubes, éstas se reflejan parcialmente en el cuerpo del balón haciendo perfectamente visible su contorno.
El tamaño y la ubicación de la columna luminosa respecto al cuerpo del globo depende exclusivamente de la posición relativa existente entre el sol, el balón y el observador de tierra, de allí que en las imágenes de Australia ésta aparece desplazada más hacia el centro que en las imágenes de Argentina. Este detalle no es menor ya que echa por tierra ciertas consideraciones efectuadas por algunos ufólogos respecto que la columna luminosa giraba o cambiaba de lugar.
En febrero de 2001 se efectuaron los restantes lanzamientos y sus derivaciones fueron realmente fructífera para el objetivo de este trabajo. Las posibilidades que hoy brinda la tecnología e internet no sólo me permitieron seguir "en tiempo real" sus alternativas cientifico/tecnológicas, sino tambien asistir a la andanada de avistamientos que el paso de estos ingenios provocó durante los dos meses que duró su vuelo. Increiblemente, casi quince años despues se volvió a repetir el mismo patrón de 1985. La total ausencia de información oficial del paso de los globos, la salida en "scramble" de aviones de las fuerzas aéreas de Chile y Bolivia, el desconocimiento por parte de pilotos, controladores aéreos o meteorólogos de la naturaleza de los objetos y por supuesto un maremágnum de especulaciones que muchos aún no aceptan que fueron provocadas por simples globos, no hicieron más que confirmar que estos ingeniosos aeróstatos galos son verdaderas "fabricas de informes OVNI" allí por donde pasan.
A continuación y antes de abordar la parte final del presente dossier, veremos como en fecha reciente la ciencia reacciona ante la publicación de un articulo sobre el caso utilizando la mejor herramienta que posee: la evidencia. Asistamos pues al último acto de una puesta en escena que bien podríamos titular "Réquiem para una conspiración imaginada".