El incidente que estamos abordando en este trabajo no fue un hecho aislado, en esto coinciden tanto creyentes como escépticos. Pero, mientras para unos todo lo ocurrido se explica como parte de un plan cuidadosamente desarrollado por "ellos" para otros detrás de la "oleada" ufológica de aquellos 2 meses no hay nada que la sociología no pueda explicar cabalmente.
Como veremos a continuación, analizando la serie de avistamientos que lo antecedieron, encontraremos que existen fuertes coincidencias en gran parte de ellos.
Si bien el inicio de la oleada sudamericana, se produce en agosto, la realidad es que todo comenzó casi un mes antes y a varios miles de kilómetros al este de allí. La tarde del 22 de julio, 2 cazas Hawk de la fuerza aérea de Zimbawe pertenecientes a la base Tornhill en Gweru, fueron puestos en "scramble" debido a la presencia en cercanias del aeropuerto de Bulawayo de un objeto brillante de color naranja que también había sido visto minutos antes desde ciudades vecinas como Beit Bridge, Gwanda, West Nicholson y Plumtree. Los pilotos intentaron acercarse al objeto pero éste estaba bastante más alto de lo que parecía. Eran las 17.45 y mientras los aviones intentaban inutilmente alcanzar al ovni, el tráfico aéreo del aeropuerto de Bulawayo quedó paralizado. Unos 50 minutos después, los pilotos retornaron a Tornhill comprobando que el objeto ahora se encontraba casi sobre la vertical de la base moviéndose hacia el este.
El caso alcanzó gran difusión en Zimbabwe, la vecina Sudáfrica y mas allá: las declaraciones de altos mandos de la fuerza aérea fueron reproducidas por varios periódicos extranjeros, siendo a su vez recogidas por varios ufólogos, volcándolas en diversas publicaciones de la época. La referencia de este suceso la encontré casi por casualidad y la verdad es que debo admitir que hubiera pasado como un caso más de no ser por dos detalles: la fecha y la descripción que uno de los testigos hizo del ovni afirmando que "...era muy luminoso, como una estrella y con una especie de cono brillante encima..."
Menos de un mes después comenzaría la invasión en sudamérica. Si bien la literatura ufológica afirma que la seguidilla de avistamientos se inicia el 17 de agosto sobre Santiago de Chile, en realidad existe un caso anterior con notables similitudes, pero obviamente mucha menor repercusión. El mismo ocurre el 13 de agosto en Valdivia, Llanquihue y Osorno en la décima región de Chile, en esa oportunidad se pudo apreciar el lento desplazamiento de un objeto brillante desde el mar hacia la cordillera, hecho que suscitó comentarios en varias emisoras de radio de la zona y sendos artículos en el periódico "El Llanquihue" los dias 14 y 17 de agosto.
Cuatro días más tarde, se produce el avistamiento masivo sobre varias ciudades del centro de Chile, incluyendo Villa Alemana, Valparaiso, Quillota y la mismísima capital.
En esa oportunidad uno -o según algunas fuentes dos- objetos brillantes son observados por miles de personas durante toda la tarde. Asimismo la TV chilena transmite en vivo a cientos de miles de televidentes la imagen del objeto y astrónomos del observatorio Cerro Calán lo observan a través de uno de los telescopios del centro. Tanto las imágenes de TV como los dibujos que posteriormente reproduce la prensa (imagen izq. y der.) muestran claramente que se trata de un objeto "gemelo" al que aparecería justo un mes después sobre Buenos Aires, columna luminosa y apéndice inferior incluídos.
Ese avistamiento provoca un impacto fuerte en los medios, que en días subsiguientes se debaten claramente entre dos posiciones: OVNI o globo. Asimismo, declaraciones efectuadas por personal de la estación de rastreo de satélites de la NASA en Santiago sumado a la extrañeza manifestada por los astrónomos que lo observaron y que también efectuaron declaraciones a la prensa, no hacen más que aumentar el desconcierto y la excitación general. Incluso, la noticia de lo ocurrido trasciende las fronteras del país con titulares tan rimbombantes como Chile: afirma la NASA que se trató de un OVNI (Clarín de Buenos Aires 23/8/85) o La NASA confirma un avistamiento de OVNI en el cono sur latinoamericano (La Vanguardia de España 24/8/85).
Si bien hasta ese momento, las noticias de los sucesos de Chile se encontraban presentes en la prensa argentina -que levantaba los cables de las diversas agencias internacionales- el tema se terminaría de instalar 2 días más tarde, y en primera plana.
El domingo 18 de agosto mientras volvian de cubrir una competencia automovilística, decenas de periodistas a bordo de un avión de Aerolíneas Argentinas, cerca de la ciudad de Ceres, provincia de Santa Fe, observan dos objetos luminosos de aspecto inusual, de gran brillo que permanecen estáticos a gran altura. El diario Clarín de Buenos Aires recoge los testimonios y fotografías obtenidas por sus periodistas en la tapa del matutino del día siguiente (imagen de la izquierda).
El 19, habitantes de varias zonas de la provincia del Chaco, reportaron la presencia en los cielos de la región de una esfera plateada suspendida a gran altura. La aparición fue visible desde las ciudades de Pte. Roque Saenz Peña, Charata y Villa Angela.
El 20, se vuelven a repetir por la mañana los avistamientos en el Chaco y paralelamente se producen apariciones similares -una esfera plateada a gran altura- en la provincia de Chubut, en la patagonia argentina, en tanto que los días 21 y 22 aparentemente los mismos OVNIS -brillantes y a plena luz del día- son vistos sobre varias poblaciones de Paraguay y el sur de Brasil, con idéntico comportamiento.
Para finales de agosto, la invasión parecía haber cesado. No obstante, faltaba el punto culminante que llegaría en Buenos el 17 de setiembre.
Algunas consideraciones
Todos los casos hasta aquí mencionados poseen patrones comunes:
- Avistamientos eminentemente diurnos.
- Se trata de objetos visibles desde muy grandes distancias.
- Su aspecto es similar: metálicos, esféricos y de gran brillo.
- Su ubicación es casi siempre a gran altura y por encima de las nubes.
- Su desplazamiento es muy lento.
A los elementos enumerados, habría que sumar otro rasgo común: la total y absoluta ignorancia de los estamentos oficiales acerca de la naturaleza o procedencia de dichos objetos, aún cuando en muchos casos, se asumía como una de las posibilidades que fueran globos de algún tipo.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que a pesar de su casi nula difusión, existió una campaña de lanzamiento desde Pretoria por parte del CNES, de globos capaces de dar la vuelta al mundo, y consideramos que las fechas en un cierto punto coinciden, no es ilógico pensar que esa súbita invasión de esferas plateadas sobre los cielos del subcontinente -que sugestivamente cesa unas semanas después del fin de la campaña- se deba a la presencia de los globos franceses.
Cierto es que analizada la casuística completa del período, existen informes que no encajan en el patrón y que seguramente corresponden a incidentes que no tienen nada que ver con los que estamos analizando -sin entrar en detalles sobre la validez puntual de cada uno-. Absurdo sería de mi parte tratar de solucionar el tema mediante el recurso reduccionista de afirmar que todos los ovnis del 85 eran globos; no obstante pensemos algo: los avistamientos masivos tienden a "absorber" en su seno cualquier otro avistamiento contemporáneo -no importando lo lejana e inconexa de la fusión- dando la sensación de que todos los sucesos tienen un origen común.
Eso tiene lugar por una conjunción de elementos que podríamos resumir asi: en base a su habitual metodología, las investigaciones posteriores a un determinado suceso efectuadas por muchos ufólogos, apuntan casi siempre a tratar de establecer lo que se denominan "pautas de comportamiento", que no son otra cosa que elementos de distinto tipo (paisajísticos, geográficos, o determinadas actividades naturales o del hombre) que se encuentran presentes en la gran mayoria de los sucesos OVNI.
Así, por medio de este arbitrario conjunto de patrones, se establecen desde posibles rutas de entrada o salida, hasta determinados "ciclos" de aparición recurrente. Se pretende elaborar mapas de los "corredores" utilizados por el o los Ovnis, o también surgen "evidencias" de supuestas operaciones de vigilancia por parte de estos elusivos fenómenos y mil variantes más, arribando a menudo a ese lugar común que nos habla de la existencia de un "plan inteligente" detrás de todo ello.
Posteriormente, debido a la amplitud del territorio desde el cual ha sido visto el objeto -siempre refiriendome a avistamientos masivos- éste adquiere la fisonomía de "nave nodriza" y entonces aquellos otros incidentes de menor importancia que son contemporáneos al suceso principal, pero que no necesariamente están relacionados con él, se transforman en testimonio de paso de "naves de exploración".
Esta explosiva mezcla es abonada por la prensa, que si bien se muestra generalmente indiferente al fenómeno, en momentos "calientes" publica sin mayor prurito desde las delirantes profecías del ufólatra de turno hasta el testimonio del campesino que vio una lejana y diminuta luz. A su vez, como reacción hacia las sensacionales noticias de la presencia de OVNIs, la gente común y corriente comienza a mirar al cielo más asiduamente y ya sea por "falta de ejercicio" o "por no quedar afuera" aumenta involuntariamente la cantidad de testimonios de objetos comunes (aviones, planetas, estrellas) confundidos con los dichosos platívolos.
Es esta sin duda, una generalización que como tal no pretende explicar puntillosamente cada caso, mas si arrojar algo de luz sobre los mecanismos que actúan detrás de un avistamiento colectivo como el que venimos analizando.
Pasado pues este interludio de "psico-ufología de masas", volvamos a meternos nuevamente en el caso estrella de este trabajo, para comenzar por fin a develar la evidencia que acabará definitivamente con el "Ovni" del 17 como tal.