Para principios de 1986, las aguas mansas de la escena ufológica local se verían inquietadas por dos sucesos que ocurrirían casi simultáneamente.
Carlos Alberto Demaría
Aun recuerdo las mañanas de sábado en que veía aquella antólogica serie de divulgación aeroespacial llamada "El Hombre en el Espacio" que se emitía por el viejo Canal 7 de Buenos Aires, en donde cada tanto aparecía un investigador que -para mi gusto en esa época- no dejaba "Ovni con cabeza". Ese personaje que en ocasiones hacía hervir mi joven sangre de "creyente en los OVNI" con algunos de sus comentarios y a quien más de una vez estuve a punto de escribirle indignado, no es otro que Carlos Alberto Demaría, astrónomo e investigador. En sus primeros pasos en el mundillo OVNI a principios de los 70's, se unió a las filas del investigador Fabio Zerpa, pero pronto advirtió que éste no comulgaba demasiado con su posición más racional ante los no identificados. Por ello, en 1974 lo abandonó para fundar junto a otros profesionales igualmente interesados en la temática el Centro Argentino Investigador de Fenómenos Extraterrestres (CAIFE).
Ahora bien, luego de esta necesaria introducción, volvamos al caso que nos ocupa. Demaría fue testigo presencial del incidente del 17 de septiembre e incluso como vimos un par de capítulos atrás, sus opiniones iniciales respecto de que el objeto en cuestión podría tratarse de algún vehiculo de estudio destinado a la observación del cometa halley fueron publicadas por la prensa al día siguiente del incidente. No obstante, al constatar que dicha explicación no cuadraba con los hechos, siguió indagando en el asunto hasta que en noviembre de 1985 escribió una carta al CNES (Centre National d'Etudes Spatiales) de Francia, solicitando mayores precisiones acerca de la posibilidad que alguno de los globos lanzados por la agencia fuera el culpable. Casi 5 meses después (lejanas épocas aquéllas en las que el moderno e instantáneo e-mail era apenas un proyecto), en mayo de 1986 recibió de parte de Daniel Sacotte, Director de asuntos internacionales e industriales del organismo galo, la carta que reproducimos a la derecha.
En su parte esencial, la misiva expresa el interés de la agencia por lo ocurrido, afirmando que muy posiblemente un globo de especiales características llamado MIR (siglas correspondientes a Montgolfier Infra Rouge) haya sido el responsable. Asimismo le informa a Demaría que en el marco de una campaña de investigación con dichos ingenios desarrollada entre julio y agosto de 1985 desde Pretoria, en la República Sudafricana, uno de los MIR lanzado el 26 de julio arribó a la Patagonia 18 días más tarde, pudiendo ser este el objeto a que se refiere el titular del CAIFE en su consulta.
Es aquí donde aparece por primera vez en toda esta historia, una cita apuntando directamente al MIR. A partir de ese momento, el singular globo francés dividiría definitivamente las aguas entre las 2 principales hipótesis explicativas: OVNI o Globo. No obstante, permítame estimado lector, continuar con lo que sucedía en torno al caso ese otoño de 1986. En pocos capitulos más volveremos mas en profundidad sobre el balón desarrollado por el CNES.
Como decía al finalizar el capítulo anterior, no sólo desde el seno de la misma ufología se alzaban voces discordantes contra la teoría del OVNI, sino que también lo hicieron desde el ámbito académico y científico.
Horacio S. Ghielmetti
Como si de un "movimiento orquestado" se tratara (al decir de más de un "conspiranoico" de los que abundan en esta temática) al hallazgo de Demaría se sumaría en mayo de 1986 la publicación de un articulo en el número 2 de la revista científica "Astrofísica" que terminaría de desatar la polémica. El escrito se titulaba "EL USO DE GLOBOS ESTRATOSFERICOS EN LA INVESTIGACION CIENTIFICA" y como subtítulo más que sugerente se leía "DONDE TAMBIEN SE CUENTA COMO UN OVNI HISTORICO ES IDENTIFICADO" y lo firmaba un tal Horacio S. Ghielmetti. ¿Quién era Ghielmetti...?: además de ser pionero en el campo de la investigación de la radiación cósmica y un científico de prestigio internacional, era nada menos que el Director del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE), dependiente del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). Dicho instituto, desde su creación en 1971 (al igual que su antecesor el prestigioso Centro Nacional de Radiación Cósmica) ha efectuado campañas anuales en diferentes puntos de la Argentina utilizando globos estratosféricos para estudios de astronomía de rayos X, rayos gamma, radiación infrarroja y física solar de altas energías, por lo que, si alguien estaba técnicamente autorizado a emitir opinión sobre si lo que se vió sobre Buenos Aires en septiembre de 1985 era un globo o no, esos eran Ghielmetti y su gente.
El escrito aborda la historia de la investigación cientifica utilizando globos, desde los primeros vuelos en Francia a mediados del siglo 18 hasta las experiencias mas modernas de investigación, para posteriormente explicar que el objeto divisado la jornada del 17, fue identificado por personal del Instituto -en base a su conocimiento y por estar sobre aviso de la existencia de una campaña de lanzamiento de globos estratosféricos del CNES- como un globo estratosférico MIR. Segun Ghielmetti este globo posee determinadas características constitutivas diferentes a cualquier otro balón de su tipo: esta conformado por dos hemisferios, el inferior de polietileno transparente, y el superior de un material de aspecto metálico que le confieren una alta visibilidad.
El IAFE, al constatar el revuelo provocado en torno al OVNI y en la absoluta seguridad de que se trataba del globo francés emite una gacetilla de prensa que lamentablemente alcanzó a los medios masivos de comunicación cuando ya el tema había dejado de ser noticia, y por ende nunca fue difundida o publicada.
Volviendo al artículo, su parte medular es la explicación sobre el origen de la enigmática columna luminosa que según Ghielmetti se debía al efecto producido por la refracción de la luz solar sobre uno de los lados del globo.
Su parte inferior semi-transparente es la que parece conformar el "cuerpo" del OVNI y segun se explica aparecía de un color blanquecino debido al efecto producido por la difusión de la luz solar en su interior.
Por ultimo la "antena parabólica" a que hacían referencia algunos testigos y que "parecía un paraguas con su copa hacia arriba" según otros, no era otra cosa que los "gajos" que conformaban el hemisferio inferior del MIR que junto con la manga de inflado, le conferían ese aspecto tan llamativo (ver imagen de la izquierda).
Se incluía además la reproducción de una comunicación vía Telex de diciembre de 1985 en donde el CNES confirmaba -luego de analizar las fotografias de lo que se vió sobre Buenos Aires enviadas por Ghielmetti a Francia- que efectivamente lo que la imagen mostraba era un MIR.
En resumidas cuentas, un articulo tan bien documentado, proveniente de personal altamente calificado y no exento de cierta ironía, era una lisa y llana bofetada a la hipótesis OVNI, que hasta ese momento reinaba incólumne.
El guante fue recogido por ONIFE (Organizacion Investigativa de Fenomenos Espaciales) entidad pionera en el ámbito de la investigacion ufológica en la Argentina, fundada por el otrora profesor de historia y actor devenido en ufólogo, Fabio Zerpa a fines de los 60's. En su primera época -hasta principios de los 80's- fue la más conocida organización de investigación ufológica y paranormal del país y que contaba además con la edición de una de las mas difundidas revistas del ámbito llamada "CUARTA DIMENSION". Dicha organización, un mes antes de finalizar el año, sin rodeos y apelando a una gran cuota de sensacionalismo, desde la tapa de la edición 149 de su órgano de difusión desafiaba a un debate público por el medio que eligieran, no sólo al autor del artículo sino también al jefe de desarrollos estratosféricos del CNES, utilizando como argumento su intención de dejar "...debidamente establecido con pruebas contundentes que el 17.09.85 un VED estuvo sobre Buenos Aires..." . La sigla corresponde a Vehiculo Extraterrestre Dirigido. A diferencia de otros investigadores como es el caso de Luis Burgos (FAO) y Carlos Ferguson (RAO) quienes catalogan el caso como OVNI a secas sin agregar mayores precisiones sobre su posible origen, las afirmaciones de la revista redoblan la apuesta al no dudar de la procedencia extraterrestre del fenómeno.
La airada reacción es lógica si se comprende que dicha publicación, además de ser la principal propulsora de la hipótesis extraterrestre en torno al polémico avistamiento, era la única revista de distribución masiva en su género en todo el país, lo que en cierta forma le permitía -quiérase o no- convertirse en una suerte de "voz cantante" de la ufología argentina, opacando otra voces decididamente más críticas. Su influencia en ese sentido es tan fuerte, que las conclusiones que se ofrecieron al público en diferentes momentos han sido incorporadas casi diriamos como "verdades de facto" al corpus del caso.
Entonces pues, que mejor que empezar a reponder los diferentes interrogantes del caso partiendo de la "investigación" llevada a cabo por Zerpa y asociados. Para llegar al fondo del asunto el siguiente capítulo se centrará sobre un interrogante esencial: ¿...las pruebas aportadas por dicha organización son realmente contundentes...?